LA VIDA EN PAPÚA: YALIS, DANIS, LANIS, ASMAT, KOROWAI…

El jueves 10 de febrero, jornada cultural en nuestro instituto, Ana Canela expuso una charla sobre su experiencia antropológica en Papúa, Nueva Guinea, donde esta antigua profesora de filosofía de nuestro centro ha pasado una temporada.
Papúa tiene dos zonas geográficamente diferenciadas. Por una parte la costa donde se encuentran las etnias Asmat y Korowai, y por otra parte las tierras altas del valle de Baliem, donde estan los Danis, Lanis y Yalis.
Nueva Guinea también presenta gran diversidad cultural y abundantes variedades lingüísticas, sobre todo teniendo en cuenta su escasa población. La base de su economía es la agricultura, que es básicamente de subsistencia: cultivan patatas dulces, que supusieron una revolución en su alimentación, junto con los cerdos, los animales base de su dieta.
A medida que se avanza en el territorio de estas etnias se van encontrando poblados que no tienen unos límites marcados ya que el terreno es muy irregular y se tienen que adaptar a él.
La práctica de la poligamia es frecuente; viven en una casa común donde se ubica la comida. Junto a esta hay dos más, una para los hombres y otra para las mujeres.
Frecuentemente hay conflictos sobre los cerdos o las mujeres, que han dado lugar a guerras tribales en muchos casos con una base espiritual.
La religión está basada, al igual que la guerra: en la idea de aplacar a los espíritus. Por ello realizan ritos funerarios en los que se incluye la cremación del cuerpo y se mutilan los dedos como expresión del dolor ante la pérdida del ser querido.

En concreto, Ana nos habló sobre la “ceremonia del cerdo”. Es un festival anual de las tribus que se celebra en las distintas tribus de Papúa porque el cerdo es el animal sagrado y más valioso. Desde que nacen, son cuidados y tratados muy bien hasta que los matan porque hay algo que celebrar. El cerdo es primero perseguido y más tarde cazado para aprovechar todas sus partes.
Mientras, las mujeres van preparando el lugar donde se cocinarán las diferentes partes del cerdo. Se hará mediante la cocción en hornos de piedras calientes bajo tierra acompañándose de música. Primero cavarán un hoyo y lo limpiarán todo, colocando después hojas limpias por dentro y por encima; arriba del todo ponen hojas secas para que prenda el fuego. El fuego se origina a partir del rozamiento de un palo con las manos, clavándolo en el suelo, como hacían los hombres en la prehistoria.
Como en todos los grupos de personas, hay división de tareas. Los hombres cazan, cortan y cocinan, las mujeres preparan el sitio donde será cocinado y más tarde, cuando la celebración ha terminado, limpian. Esta división también les repercute a la hora de comer: los hombres de mayor edad en primer lugar, seguidos del resto de hombres que comen las partes mejores del cerdo mientras que las mujeres y los niños tienen las partes que les quedan.
Por otra parte, muchas veces aparecen misioneros que intentan imponer su forma de ver la vida, sus creencias y su cultura. No saben leer ni escribir, la única forma de usar su lengua es oral, por eso estos misioneros les entregan libros de su religión y los nativos los aceptan pensando que tienen algo muy valioso por el simple hecho de que tienen letras, pero realmente no saben lo que contienen.

Esta charla se hizo acompañada por unas imágenes; algunas graciosas, otras impresionantes y también había de inesperadas. Nos asombró mucho entre sus costumbres, la de utilizar fundas que los hombres colocan en sus penes para diferenciar las familias. Fue en general, información muy interesante que Ana nos pudo explicar muy bien porque lo vivió en persona. Creo que nos aportó cosas nuevas porque vimos otra forma de vivir la vida. Es una cultura muy diferente a la nuestra te hace pensar para qué nosotros necesitamos todo esto y ellos pueden vivir solo con esos pocos recursos que tienen. En cambio, son felices pero no pueden evitar pensar en los avances que tienen en otras sociedades. Por eso, los jóvenes de esas tribus, ya no hacen algunos de los rituales o tradiciones porque han avanzado.
Fue posible gracias a la colaboración de Pilar Palanca, quien trajo a Ana Canela a exponer su charla. Su duración fue aproximadamente de una hora, con la asistencia de unas 20 o 25 personas.
Candela Conforte y Patricia Bau, 1º Bachiller L

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